Cata y su bombacha.

Un día le agarró la loca y decidió tomarse el palo. Sí, así como lo escuchan, Catalina se despertó y, mientras se lavaba la cabeza, decidió que la facultad no era lo suyo. Se puso firme y decidió que tampoco quería dedicarse a trabajar en un kioskito cachulero de alguna esquina. Y entonces? Entonces revoleó la bombacha gris a lunares rojos, regalo de algún pariente sin mucho decoro y/o imaginación, y al grito de "libertad" salió corriendo por la cuadra hasta la parada del micro y derechito hasta la terminal, donde compró un pasaje de solo ida a algún país de por ahí. Nunca más vi a Cata, debe andar revoleando esa bombacha por vaya a saber qué cuadra, la muy desquiciada.

Me pasé la vida entera trabajando como contador de horas, y cuando ya no me quedaban más para contar, me di cuenta de que me había olvidado de vivirlas. 

Quiero vale cuatro.

Juguemos a ese juego donde se que yo no gano. Tengo un cuatro y 2 cinco de diferente palo en la mano, y para colmo mentir no es lo mío. Pero vamos, yo me mando, que me gustan las causas perdidas, y fingir aunque sea un rato que tengo idea de lo que hago. Mi juego no sabe nada de estrategias, es instinto, y un toque de esperanza. Vos en cambio, experto de años de lo mismo, me bailas como el mejor. Enroscame las ideas, haceme creer que todavía hay una chance, todo forma parte de lo mismo. Truco, retruco, quiero vale cuatro. Muy consciente de lo que yo misma causé, veo venir la derrota. Clavás el dos de espada. Ni siquiera llegaste al tres,  pero mis cartas no estaban para la pelea. Vos ganás, sin rencores, es nada más que un juego. 

El por qué del escribir.

No escribo para que alguien lo lea, ni para que sea lo mejor de la literatura de ahora, ni para que alguien me aplauda o felicite. Escribo para la vida, escribo porque si cada uno le encuentra sentido a la vida con algo distinto, mi sentido es esto. Es poder conectar palabras a mi antojo, sin reglas ni estructuras, ni prejuicios ni equivocaciones. Es mi mundo donde yo decido si mi día lo quiero gris, o azul o multicolor. Es mi propia realidad, es la creación de mi consciente que conoce a mi inconsciente y se toman un café juntos. Es mi escape del presente y a la vez es mi presente. Es yo.

Lo que pasa cdo la zorra se mete donde no debe.

Fase primera : busquemos toda arma de destrucción masiva habida y por haber, métodos de tortura sangrientos y crueles, porque de acá no sale viva.
Fase segunda : negro negro, todo negro, la bronca da paso a la depresión. Tirarnos abajo parece estar convirtiéndose en deporte olímpico para nosotras.
Fase tercera: una de nosotras ha logrado pasar a la fase de "me chupa todo un huevo", mientras que otra retrocede a la fase primera, inventando nuevas formas de venganza, y la otra, directamente no sabe qué carajo pensar.
Fase cuarta: reunión de consorcio, pongamosno de acuerdo porque así todas para lados distintos no llegamos a ningún lado. Resultado: en teoría, no vale la pena, en la práctica, hagamos control mental para que sepa lo mierda que es.
Fase quinta: todavía no llegamos, cuando lo hagamos, mi cabeza, mi alma y yo les avisamos.