13 de junio de 2012

Terminal .

Los días de invierno me la complican bastante, mis huesos ya no son los de antes y le declaran la guerra al frío del banquito donde me siento a esperarla todas las mañanas a las 9.15, desde hace exactamente 5 años. Sin embargo, nunca he roto mi promesa, y estoy orgulloso. Es posible que sea mi mayor logro, y que muchas personas no lo consideren ni siquiera como tal, pero al fin de cuentas tampoco tengo a nadie importante para explicarle por qué lo hago, y a este punto de mi vida no me preocupa que piensen que estoy loco. Mis hijos se fueron hace tiempo, formaron sus propias vidas y solo hacen la visitas de rigor para las fiestas. Sólo me queda ella, la memoria de su amor, y la nostálgica espera de ese micro de San Luis que nunca apareció, esa mañana a las 9.15, hace exactamente 5 años. Mañana voy a tener que abrigarme más, ya veo que este año el frío no me va a dar respiro.