15 de abril de 2013

La no tan bella durmiente.

La casa dormía. Hace años, había perdido la vitalidad, a medida que una capa de adormecimiento se posaba en las paredes, en los muebles, en su esencia. había dejado de irradiar se sentimiento de hogar del pasado. Ahora en cambio, recibía con una manta de melancolía a cualquiera que la habitase. no servían de nada las remodelaciones, ni las limpiezas profundas. La tristeza levitaba desde la entrada, por el pasillo  a ese funesto cuarto del fondo donde la había visto por ultima vez. Y la casa, incapaz de hacer otra cosa, dormía.

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