20 de enero de 2012

No me canso, no.

No buscaba 10 poemas, ni las rosas,
ni te quieros al besarse. 
No exigía, no pensaba,
le escapaba al melodrama. 
Pero un pucho, un tatuaje
la ironía de existir, 
seducir al provocarla,
y ese egocentrismo de ser más,
las apuestas los domingos
y las peleas sin principio y sin final,
convencían a su ego, desafiaban su razón,
y que mas da.
A pesar de los reclamos, los por que
y de ese sobre
Que llego un día a su casa
y que citaba, así textual:
Que mina masoquista, no te cansas de intentar? 

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