18 de enero de 2012

18

Un cigarrillo en la mano derecha. La mirada delirante que ya dejo de alquilar para pasar a ser inquilino permanente su cara. No le sacas una sonrisa ni que de eso dependiera el futuro de la plantita de la ventana. La camisa arrugada, a proposito, porque planchada seria todo otro asunto que no tiene ganas de explicar. Sentada en el balcon y viviendo en otro lado, no tiene ganas de escuchar mas reclamos de la madre que exige orden en un cuarto que ya no es digno ni de llamarse asi, pero que "yo me entiendo en mi desorden, no rompas" y de padre que sigue recalcando su falta de colaboracion y entusiasmo por la vida de aparencias que tanto les gusta llevar. Se levanta y busca en el armario la valija esa re vieja que espero por años las vacaciones que nunca le dieron una respuesta. Mas tierra imposible ah? Que importa, adentro una remera, otra, un pantalon, un poco de plata, el celular... Pasa por al lado de esa gente que hace tiempo se volvio desconocida, en su propia burbuja, ignorando los gritos de la mujer que rebolea la cuchara con la que revolvia el tuco, esperando que el marido haga algo, o por lo menos deje de leer el diario del domingo. Agarra las llaves del auto, abre la puerta y ve los 18 pobres años que tiene como lo unico a su favor. Quiere otra cosa, quiere vivir a su manera, quiere dejar todo a ver si empieza a encontrar algo. Por lo menos la sonrisa que se cayo por el balcon.



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